sábado, 19 de diciembre de 2020

El cine de William Friedkin (Parte I).

Voy a arrancar con la más rarita: The Guardian (1990) con la bellísima Jenny Seagrove.



The Nanny es una novela de Dan Greenburg sobre una niñera-vampira que se alimenta de los bebés de las familias que cometen el error de contratarla. Universal rápidamente se hizo con los derechos cinematográficos del libro. Nada satisfechos con el primer borrador a cargo del propio autor de la novela, le encargan escribir el guion a Stephen Volk, el cual se pone manos a la obra.

Volk idea un guion que mezcla terror y comedia, la especialidad de Sam Raimi, director en aquel momento al frente del proyecto. Volk y Raimi trabajaron juntos para crear un film al estilo de La profecía (The Omen, Richard Donner, 1976), lleno de aparatosas y espectaculares muertes con el tono delirante de la saga infernal de Raimi. Sin embargo, la Universal le pone un ultimátum a Raimi: o dirige The Nanny o dirige Darkman, pero tiene que ponerse con uno de los dos proyectos de inmediato. Bueno, todos sabemos lo que decidió Raimi. Y The Nanny se quedó sin director.




Joel Wizan, uno de los productores, había sido agente de William Friedkin, así que le envió el guion y le dijo si le interesaba hacer la película. Friedkin, como favor a la persona que le había introducido en Hollywood, aceptó hacer la película, aunque no había leído la novela ni le gustó el guion (lo cual no es extraño teniendo en cuenta que había sido escrito para Sam Raimi).

Friedkin y Volk empezaron de cero con el guion. Una de las primeras cosas que hizo Friedkin fue cambiarle el título, así pasó a llamarse The Guardian. Y he aquí la principal razón por la que la película es el interesante fallo que acabó siendo: Friedkin y Volk no sabían qué era la niñera, ni sus motivaciones. No lograban otorgarle una entidad. Tanto la actriz que la encarnó, Jenny Seagrove, como Friedkin y Volk llegaron a la conclusión de que sería mejor eliminar el elemento sobrenatural y hacer un thriller psicológico: convertir la niñera en una psicópata "normal y corriente". Pero la Universal, los ejecutivos en aquel entonces al frente, estaban empeñados en que querían una película de terror sobrenatural y que si hacían la niñera humana la gente no iría a verla porque resultaría un concepto demasiado real y por tanto demasiado aterrador.

Por supuesto, un par de años después se estrenó La mano que mece la cuna (The Hand That Rocks the Cradle, Curtis Hanson, 1992), que tampoco es que sea mucho mejor que La tutora pero sí fue un gran éxito de taquilla y demostró que los ejecutivos se equivocaban al pensar que un concepto aterrador con el cual la gente se pudiera identificar, en oposición a una pura fantasía, era algo que el público no querría ver. Por desgracia, ahora parece que están empeñados justo en lo contrario.




El guionista Volk acabó abandonando el proyecto, al darse cuenta de que ya no pintaba nada, y Friedkin se encargó en solitario del guion. Por lo menos ahora el concepto estaba claro: Friedkin quiso crear un cuento de hadas para adultos y le añadió todo el aspecto druídico. Aunque lo cierto es que los continuos cambios en el guion, que se sucedían mientras se rodaba la película, provocaron que la película intentase ser muchas cosas sin conseguir con éxito ser ninguna de ellas, además de estar llena de errores garrafales de guion.

Tanto el póster como los títulos de crédito se diseñaron en torno al regreso al terror de Friedkin, el director de la clásica El exorcista (The Exorcist, 1973) -la tipografía usada es la misma en el póster y en el inicio de La tutora que los usados originalmente en este clásico del terror-. Aunque al poco de empezar uno se da cuenta de que, desde luego, esto no es El exorcista.

Los posters ghaneses se abusaron bastante de lo obvio...


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Jade (1995) es una película de suspenso estadounidense escrita por Joe Eszterhas, dirigida por William Friedkin y protagonizada por Linda Fiorentino,​ David Caruso, Chazz Palminteri, Richard Crenna, Michael Biehn y Angie Everhart. La banda sonora fue compuesta por James Horner, basado en una canción compuesta por Loreena McKennitt.




Eszterhas fue el guionista de Basic Instinct (1992), Sliver (1993) y Showgirls (1995) .
Linda Fiorentino venía de The Last Seduction (1994).
David Caruso de Kiss of Death (1995).

Pero bueno, la película fue un fracaso porque el thriller erótico ya estaba en decadencia al igual que la carrera de Eszterhas como guionista en Hollywood.

El tema de Lorena McK está bueno.



Un documental que anda ya dando vueltas...

Leap of Faith: William Friedkin on the Exorcist (2019)




Hace dos años el Festival de Sitges vivió una jornada para la historia con la proyección de El exorcista en el cine Retiro con un turno de preguntas y respuestas con el director del clásico de terror, el ganador de un Oscar William Friedkin. En esa proyección también se encontraba el cineasta Alexandre O. Phillipe, de visita en Sitges para presentar su documental 78/52, donde analizaba minuciosamente los 52 planos que conformaban la famosa escena de la ducha de Psicosis.

Phillipe contaba en la presentación de su nuevo documental el pasado lunes 7 de octubre en el cine Prado, cómo dos años antes en un restaurante de Sitges, Friedkin se le acercó para presentarse. A partir de ese momento iniciaron una relación de amistad que les llevó a plantearse trabajar juntos. La primera idea fue generar entre ambos un documento al estilo del libro El cine según Hitchcock, de François Truffaut. Tras hablarlo mucho, decidieron filmar una entrevista durante seis días centrada exclusivamente en El exorcista, la obra maestra de Friedkin, si bien es autor de otras grandes películas como The French Connection, Carga maldita, A la caza y Killer Joe.




Leap of faith, como decíamos, es una larga entrevista y un documento excepcional donde se analiza detalladamente multitud anécdotas y significados de su película, y lo primero que nos llama la atención es su afirmación de que todo lo que sucedió en torno a la película y todas las decisiones que instintivamente tomaba, estaba supeditado a una fuerza mayor, que Friedkin denomina “el Dios del cine”. Un dios al que conoció de joven, cuando visionó en un cine de su Chicago natal Ciudadano Kane. Desde entonces, parece que Friedkin no ha dejado de buscar su ‘Rosebud’ particular. Tal vez la propia Ciudadano Kane sea ese Rosebud, ese elemento transformador de su juventud, pero que al recordarlo siempre lo devuelve a sus orígenes.

Dos aspectos centran una parte importante del relato de un Friedkin que pese a sumar más de 80 años se muestra lúcido, jovial y divertido. La primera de ellas es la que hace referencia a la música, uno de los elementos del film que más hondo ha calado en la cultura popular durante las últimas décadas. Friedkin, que visualizaba muy bien la película, incluidos sus sonidos, encargó la composición de la banda sonora a su buen amigo Lalo Schifrin.

El argentino, reconocido el pasado año con un Oscar honorífico, presentó una banda sonora magnífica, pero que no se adecuaba al tono que Friedkin quería impregnar a su película, y al igual que hiciera Kubrick con la música que había compuesto y grabado Alex North para 2001, fue finalmente rechazada. Los amigos Friedkin y Schifrin no se hablan de ese día. Tras escuchar cientos de discos, Friedkin topó con el Tubular bells de Mike Oldfield. El resto ya es historia.




La segunda, el reparto, con cambios incluidos, como el del actor que interpretó al padre Merrin Karras, que fue finalmente representado por el dramaturgo y ex-seminarista Jason Miller, que se había sentido muy identificado con el personaje al leer la novela. El primer actor contratado fue despedido. Aunque quién primero pujó por interpretar al personaje fue el autor de la novela, William Peter Blatty, quién ofreció a Friedkin todo sus beneficios por la película a cambio de interpretarlo.

Otro apunte curioso que hace Friedkin es en relación a Max von Sydow. El actor sueco, que por entonces ya contaba con una dilatadísima carrera, no se veía capacitado para rodar la escena del exorcismo. Friedkin puso todo a su disposición para conseguirlo, incluso le propuso traer a Ingmar Bergman por si lo necesitaba para darle indicaciones en el plató. Pero no, el actor que en la década anterior había interpretado a Jesús en La historia más grande jamás contada, no se veía capaz de efectuar el exorcismo (ficcionado) por ser ateo.




Una de las cosas que Friedkin quiere dejar claras desde el primer momento es que en ningún momento quisieron hacer una película de terror, si no que se trataba de una película sobre el misterio de la fe. Es al padre Damien Karras a quien el diablo reta a través de la posesión de la pequeña Regan. Friedkin reflexiona sobre el final de la película, en el que el padre Karras se suicida (pecado en el cristianismo) para de esta manera vencer sobre el mal, después de haber sido poseído él tras salir el diablo del cuerpo de la niña. Un final que aún hoy el propio Friedkin no termina de entender, pero que filmó así por respeto a la obra original de William Peter Blatty.

Desde una absoluta modestia, inusual en un artista de su categoría, Friedkin continúa reflexionando sobre si en el final de su película es el diablo quién vence o quién pierde, y anima a los espectadores de Leap of faith a resolverle una duda que, seguramente, no tiene una única respuesta. Por suerte, de lo que no hay duda es que El exorcista es una obra cumbre de la historia del cine, a quién hay que agradecer tanto al Dios del cine como el propio Friedkin, uno de sus apóstoles más aventajados.



Enlaces:
http://elcinefagodelalagunanegra.blogspot.com/2012/01/la-tutora-guardian.html

https://rarbgunblock.org/torrent/vol6nqj
http://industriasdelcine.com/2019/10/10/leap-of-faith-william-friedkin-on-the-exorcist-el-apostol-del-cine/

Imagen This Troll is Looking at You!

Publicado originalmente en: http://www.foroaudioyvideo.com/viewtopic.php?f=24&t=11426


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