Considerado la mayor joya de la historia de la ciencia, alemán de origen judío, a Einstein siempre se le conoció como el genio de esta. El autor de la tan conocida Teoría de la Relatividad nunca debió sus amplios conocimientos en física, química e ingeniería a titulaciones superiores obtenidas, sino a su alta destreza, capacidad e ingenio natural. Prueba de ello fue que incluso llegó a suspender un examen decisivo que le permitiría hacerse con el diploma de Ingeniero Eléctrico en el Politécnico de Zurich.
En 1900 Einstein se graduó de maestro escolar de secundaria en matemáticas y física, un título que le permitió dedicarse a la enseñanza durante dos años en sustitución de profesores y dando clases particulares. Sin embargo, fue su doctorado por la universidad de Zurich, lo que supondría el comienzo de su camino hacia el éxito de la ciencia.
El fin a su doctorado lo puso la presentación de una tesis acerca de las dimensiones de las moléculas y tres artículos que adquirieron un gran valor para el desarrollo de la física del siglo XX. Uno de ellos trató la electrodinámica de los cuerpos en movimiento, una exposición de la teoría especial de la relatividad.
Numerosos estudios realizados por el genio de la ciencia sobre esta tesis provocaron que en 1905, Einstein diera luz a la conclusión de que la interacción de la radiación y la materia al ser se encuentra en la teoría de las medidas. Con este razonamiento desarrolló una teoría que daba lugar al principio de relatividad y al de invariabilidad de la velocidad de la luz.
Las diversas teorías y conclusiones creadas por Einstein fueron criticadas por numerosos científicos, los cuales llegaban a ir en contra de ellas al mismo tiempo que se convirtieron en sus importantes seguidores. Este fue el ejemplo de Max Planck, físico y matemático alemán fundador de la teoría cuántica.
Albert Einstein nunca dejó de trabajar sobre la teoría de la relatividad a la cual él había llegado por su propio ingenio gracias a su tesis doctoral. En 1907 trabajó en la extensión y generalización de esta teoría a todo el sistema de coordenadas y ello le ayudó a comprender la rotación de los planetas y la inclinación de la luz de las estrellas al aproximarse al sol.
Los cada vez mayores descubrimientos científicos de Albert Einstein hicieron que el genio de la ciencia fuera internacionalmente reconocido con premios de sociedades científicas como el Premio Nobel de Física que recibió en 1921. El ingenio científico de Einstein llegó tan lejos que en los años en los que el mundo se sumió en una gran guerra mundial, se aceleró la fabricación de una bomba atómica debido a una petición que Einstein hizo al presidente Roosevelt para que creara un programa de investigaciones sobre reacciones en cadena.
Hoy, a Einstein le debemos muchos conocimientos y descubrimientos de la ciencia que, sin él, es posible que aún no hubiéramos dado con ellos. Aunque falleció en 1955 dejando un gran legado científico a la sociedad, lo cierto es que quizá las últimas palabras que pronunció en alemán cuando estaba muriendo, las cuales la enfermera que estuvo a su lado no llegó a comprender, pudieron haber sido la clave para haber descubierto algo más importante en la ciencia que quizá hoy aún no hayamos logrado saber. Lo único que podemos afirmar hoy con mucha seguridad es que Albert Einstein ha sido el emprendedor más exitoso de la ciencia.
Texto: Sandra Salerno Mahugo para Grupo Aristeo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario